jueves, 9 de julio de 2009

Jueves


Y bien, sonó el despertador. Segundo día con  melodía nueva. Te lo digo, hace efecto!, los despertares estaban efectivamente cambiando. El  sonido no era muy motivante, pero el promedio de “lo dejo cinco minutos más” estaba bajando.  Así que salté ( es cierto mi cama está en alturas) relativamente más pronto que en los últimos días.

Miento, antes de saltar ya comencé a sentir que algo raro sucedía. Así que pensé un momento antes del gran salto.

Ducha, toalla, y a los preparativos desayuneros. El café que estaba muy caliente tardó la nada en enfriarse. Lo voy a poner de nuevo en el microondas cuando veo lo que nunca antes había visto, y me atrevería a decir que ni imaginado: una mosca. Una mosca sobrevuela mi tazón de café frío, se posa lentamente y veo el fenómeno; una mosca sacándose un moco de “la nariz?”. No podría precisarlo, en ese momento algo así como un superpoder se apoderó de mi y pude hacer un mega zoom sobre el insecto y sobre esa cotidiana pero absurda acción. Una mosca sacándose un moco. Fue una abstracción total en mi mañana. Derramé el café con leche, todo chorreando en mi pequeña cocina. Mi camiseta nueva empapada y mi cara de imbécil pensando: “en boca cerrada no entran moscas”, funcionó. Pero el insecto mutante ya no estaba en ninguna parte.

Miro el reloj, voy tarde. Mierda siempre igual. Voy por mi bolso y noto que en pleno verano de sudores pegajosos cae una lluvia torrencial. Mierda. Es tarde, mi camiseta mojada con olor a café y a fuera llueve. Mierda (la mierda atre a las moscas dicen). Paragua en mano bajo las escaleras a brincos. Abro el portal y me pongo los audífonos para enfrentarme al exterior. Afuera en la esquina turística de siempre los turistas están empapados. Tampoco se esperaban lluvia. Je je.

Es un día distinto y los superpoderes continúan, pero paseándose por distintos sentidos. Canto, cruzo charcos, y le pido al Universo cosas nuevas, “sorpréndeme”, como poniendo a prueba los consejitos que exponía al estilo “llame ya” una suerte de documental que tu ya conoces. O que por lo menos te suena. ¡Sí ese!.

Comienzo la rutina laboral y mis poderes hacen efecto, poderes premonitorios. Y bueno qué!, esta mañana decidí estar un tanto mágica. O lo decidiste tu?, bueno da igual. Muchos pensamientos e imágenes, coincidencia o no, comienzan a hacerse realidad. Tonteras eso sí, nada de espectacularidades, pero me gusta. Así juego a que estamos en conexión.

Ya en el trabajo.Entra un enano empapado y no puedo contener la risa, parece que salió de una piscina. Hay un grupo de chicas inglesas paradas en el portal de la tienda y no paran de gritar, parecen borrachas. Es temprano aún. Y caen granizos. Gracias! Me siento más mágica aún.

Tengo ganas de saltar, de jugar. Es una sensación que me cuesta controlar, apenas puedo elevo disimuladamente una pierna y el movimiento más cotidiano es hecho como una suerte de danza.

Es como si estuviese recargada, siento energía, quiero volar. De pronto paso frente a un espejo, me acerco, empiezo a ver detalles y noto algo extraño en mis ojos.

Pupilas distintas, como llenas de minicapsulitas, como si tuviese algo así como un panal de abejas en cada una, ¡como coladores!.

Y mi euforia escapando por los poros sin motivo aparente. Levanto de nuevo una pierna, lo hago más alto. Estoy más elástica. Comienzo a mover los brazos, nadie me ve, y pareciera que corto el aire. Puedo oírlo todo; la gente que pasa por la calle, la conversación telefónica que tiene un hombre mayor en la cafetería de al lado mientras enciende un cigarrillo. Oigo el inflar y desinflar de mis pulmones. Que placer, que sensacional (al fin pude entender esta palabra sensación-al!). el roce de mi camiseta ya no mojada. Mis pies siendo atraídos por la tierra . has sentido realmente eso?, pero en serio, mira fíjate, detente un momento. Que nooo, que no es joda. Se siente. Bueno, allá tu, sigo con lo mío.

Los pies en la tierra…sí. Qué paradójico, es una frase tan típica; tan común. Pero bueno. En todo caso duró poco. Y en mi caso no fue ni tener la película clara, ni madurez, NO; sólo eso, tal cual.

En eso estaba, sintiendo los pies atraídos por la tierra, cuando de pronto sentí venir algo así como un estornudo en cámara lenta. Un cosquilleo interminable que lagrimeaba mis ojos, picaba mis orejas y ponía mi piel de gallina. Alcancé a cubrir mi nariz con un trozo de papel. Todo en cámara lenta (insisto) y vino la gran explosión nasal y sensacional. Fue increíble, no te exagero, fue un escape de microrpartículas de alma quizás (tuvo que ser; estaba decididamente mágica) que me dejó en un estado de satisfacción y placer cuasi orgásmico.

El enano me estaba mirando, creo q me ruboricé. Di la vuelta y antes de tirar el papel al basurero miré su contenido, entre mis mocos, ahí estaba: la mosca.