lunes, 20 de junio de 2011

De acuerdos ...y cuerdas


Quedamos en eso.

Un acuerdo un poco inventado. Como tú. Como yo. Como nosotras; que de pronto vimos nuestro cráneo desconfigurado, reseco y perdido.

Quedamos en evitar. En evadir y escapar todo el tiempo. Sin medir las consecuencias. Sin sopesar posibles secuelas.

Acordamos pretender ceguera.

Acordamos una famélica vista gorda y abandonarnos a la rutina. Al paso de las medidas temporales. De los días… básicamente de los días.

El acuerdo recubría. Pero al interior las capas temblaban y se entrelazaban haciendo molestos nudos. Generando incertidumbre y desconcierto.

Entonces retomábamos el antídoto de aquel acuerdo. Y evadíamos.

A ratos jugaba a ser feliz. Nos atrevimos a mirar el espejo. A enfrentarnos.

Y con el antídoto hasta nos encontramos bonitas y los ojos brillaban entre vidrios.

Así el mundo no nos parecía tan ajeno. Pero el vacío no estuvo de acuerdo.

Acordé evitar tanto antídoto, intenté hacértelo ver.

Me acuerdo que no llegamos a acuerdo.

Comenzamos a aborrecernos, a lastimarnos. Y el antídoto se tornó cada vez más venenoso y los trenzados interiores comenzaron a “en-nudarse”.

El paso del tiempo se tornó absurdo e increíble.

Ya ni me acuerdo. Ya basta.

Es tiempo de desnudarse.

¿De acuerdo?

1 comentario:

  1. Hola, mensaje recibido... di una mirada por acá. Bien distintas las cosas que escribimos, así que curiosa por saber que se te ha ocurrido.
    Saludos.
    Anabella

    Cocinartechile.

    anabella.grunfeld@gmail.com

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